5 Agosto 2021 – En la segunda sesión del evento online Diálogos ACEN, el presidente de la Asociación de Comercializadores de Energía, Sebastián Novoa, conversó con Alexandre Viana, quien integró por 18 años la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica de Brasil y es en la actualidad Socio en Thymos Energía, una de las mayores empresas brasileñas de consultoría y gestión energética, respecto al proceso de apertura y el desarrollo de la comercialización en ese país latinoamericano, el que detenta el octavo lugar a nivel mundial en términos de consumo.
El ejecutivo de Thymos indicó que en Brasil no se tiene un sistema de garantías robusto para contratos de corto plazo pero sí para los de largo plazo, y además que las empresas comercializadoras tranzan energía a través de “certificados” de energía firme. “Normalmente al generador no le gusta el riesgo de corto plazo ni la volatilidad por lo que prefieren las ventas de largo plazo, tomando los comercializadores los riesgos de la venta de corto plazo”, indicó.
Por otra parte, Viana mencionó que se está discutiendo en Brasil retirar la limitación de que solamente la venta de energía se sustente en energía firme permitiendo así un mercado más líquido y dinámico. “Hay una discusión de promover una separación de ese vínculo entre los certificados de energía firme o garantía física con la comercialización. La idea es tener mayor liquidez en el mercado para que los precios de la curva de los precios futuros sean más representativos”. La negociación de los commodities de energía está vinculada a precios y a riesgos de mercado y la entrega física es otro proceso. La idea en el futuro es tener un equivalente a una bolsa de energía en Brasil.
De acuerdo al ejecutivo, esta separación permite un mayor dinamismo y la protección del riesgo de los precios futuros. “Los dos ambientes son necesarios, el generador y el consumidor necesitan de un mercado físico pero los comercializadores necesitan de un mercado financiero para la protección de los riesgos de la compra y venta de energía. Son complementarios”, dijo.
De acuerdo al ejecutivo, esta separación permite un mayor dinamismo y la protección del riesgo de los precios futuros. “Los dos ambientes son necesarios, el generador y el consumidor necesitan de un mercado físico pero los comercializadores necesitan de un mercado financiero para la protección de los riesgos de la compra y venta de energía. Son complementarios”, dijo.
Asimismo, mencionó que “hay una presión especialmente en contratos de largo plazo, 10 años, porque muchos consumidores ven ventajas en la contratación de largo plazo con renovables. Una razón para eso es que los precios son más bajos a largo plazo y otro punto muy relevante es que un consumidor auto generador tiene un descuento sobre los cargos de transporte del sistema. Es posible que si el consumidor hace una pequeña inversión del 10% del equity del proyecto, ésta sea suficiente para tener una sustancial reducción de los costos de los cargos sistémicos”.
Según Viana, Brasil está viviendo una transición soft ya que existe una separación regulatoria pero la empresa distribuidora puede desarrollar igualmente el negocio de la comercialización a través de empresas del mismo grupo económico. “Concuerdo que la mejor alternativa, solamente por el análisis técnico, es la separación estructural, con todo, se requiere realismo para poder avanzar. Avanzar un poco es mejor que no avanzar”, planteó.
Además, Viana señaló que aún persisten problemas con el proceso de migración, “la distribuidora demora un poco más de lo razonable para que el consumidor pueda cambiar del mercado regulado al libre. Alrededor de 6 meses toma la migración. Creo que podemos mejorar los procedimientos referentes al acceso y manejo de la información para la apertura del mercado. El problema que tenemos hoy es que cuando el consumidor declara que quiere ser libre, la distribuidora en algunos casos demanda cosas o información que no se necesita para retardar el proceso”.
En relación al proceso de apertura que vivió Brasil, Viana recalcó que “nosotros no tuvimos el coraje de tomar las decisiones difíciles en un momento. Chile debería discutir muy bien la estructura de los riesgos y costos, evitar cargos que no son necesarios como de producción y hacer una apertura completa que es mejor que hacer una apertura parcial, que no es buena porque se crea un ambiente de free rider. Otro error que cometimos acá fue la disputa de los contratos de energía financieros, se mezcló con un mercado de garantía física entonces implícitamente ligamos la energía con un mercado de capacidad”, finalizó.
Puedes acceder a toda la conversación en el siguiente video