6 Octubre 2020 – El Presidente de ACEN, Eduardo Andrade, participó en el webinar “Nueva Distribución Energética para Chile”, organizado conjuntamente por Acesol y Energía Estratégica. En la oportunidad, señaló que el proyecto de ley de portabilidad es bien acogido por los comercializadores ya que se está reconociendo en forma legal una figura que ya existía de hecho, la del comercializador puro que es aquel que no tiene necesariamente un activo de generación. El objetivo final del proyecto de ley es introducir la competencia en el suministro de energía, para lo cual es necesario asegurar que efectivamente la competencia se vaya a producir en una industria que lleva muchísimos años bajo la influencia de unas pocas empresas de generación y aún menos empresas de distribución. Es necesario, según Andrade, darles a las nuevas empresas que incursionen en la comercialización algo de espacio, permitirles competir y ello se logrará en la medida que la transición se haga en forma adecuada y que además se tomen los resguardos que correspondan para asegurar que no se van a producir prácticas anticompetitivas.
“Desde nuestra Asociación creemos que el ideal es que las empresas distribuidoras tengan una separación estructural con respecto al resto de la industria, qué significa esto, que no tengan ninguna relación orgánica de propiedad con los restantes sectores de la industria. La experiencia internacional muestra que, si no hay separación estructural, se hace muy difícil asegurar que no haya prácticas que restringen de alguna manera la competencia en el suministro”, expuso Andrade.
Un ejemplo de esto es que las distribuidoras, de acuerdo al proyecto de ley, van a canalizar hacia el gestor de la información prácticamente toda la información respecto de los clientes. Esto último, junto con el hecho que las distribuidoras son las que prestan el servicio de reparación de fallas, vale decir, son las que tienen el contacto con respecto a la calidad de servicio técnico, les da un poder de mercado relevante, según el Presidente de ACEN.
Asimismo, en el proyecto de ley está considerado que exista una transición por comunas y que tomará 27 meses para que esté completamente en régimen esta nueva figura. “Nosotros hemos señalado que ir liberando por comuna no va a permitir precisamente la competencia porque la cantidad de energía que va a estar disponible para ser comercializada va a ser probablemente un monto bastante reducido que no va a ser del interés para una empresa distinta de la distribuidora que ya está en la zona, si esta última es habilitada para que tenga su propia comercializadora. Si no hay competencia, los precios se mantienen y la calidad de servicio también, aspecto que en Chile está al debe. Acá medimos la calidad de servicio en horas mientras en los países de la OCDE en minutos”, indicó.
Según el Presidente de ACEN, los clientes medianos, que de acuerdo a la nueva definición se ubican arriba de los 20 kilowatts, desde ya pueden beneficiarse de un costo menor de la energía. “Esto se puede hacer sin necesidad de tocar los contratos que hay hoy día entre las empresas distribuidoras y generadoras convencionales. Bajar el límite de los 500 kilowatts de potencia conectada es algo que se puede hacer desde hoy, no tenemos que esperar a que esté la ley en vigencia, basta una recomendación de la Fiscalía Nacional Económica para que esto se pueda materializar”, subrayó.
En el webinar destacó también que ir bajando en forma paulatina la potencia conectada logra que las empresas de comercialización empiecen a crecer, a crear músculo para que puedan competir en forma adecuada con las empresas que en la actualidad existen en el mercado. Al mismo tiempo, “bajando 100 kilowatts por año, se llega al 2026 al mismo equilibrio respecto a la demanda que se registra hoy día en los contratos de las empresas generadoras con las empresas distribuidoras. Y, lo más importante, se logra además que la pequeña y mediana empresa, que son el motor del empleo del país, se beneficie de los menores costos que podrían tener en cuanto a electricidad”, puntualizó.
Según Andrade, el hecho de que se logre una buena competencia es lo que va a medir el éxito o no de esta ley de portabilidad. Si no se dan las condiciones para que se habilite la competencia significará que solamente las mismas empresas que hay hoy día puedan actuar en este mercado, en desmedro de lograr efectivamente reducciones de costo y mejoras en la calidad de servicio.